viernes, 5 de abril de 2013

Congreso Nacional de la CTA en el Bicentenario de la Asamblea del Año XIII Una Central de masas para la liberación

A casi treinta años del retorno de la democracia vivimos un tiempo signado por el conflicto social, la prepotencia patronal, la criminalización de la protesta y los intentos de restaurar la gobernabilidad del poder dominante a través de instrumentos como el Proyecto X, la Ley Antiterrorista, Ley de ART, y la pretensión de reunificar los códigos Civil y Comercial.

La Central de Trabajadores de la Argentina expresa su inclaudicable voluntad de lucha en defensa de los derechos de nuestra clase y su rechazo a la actitud de soberbia del Gobierno y los grupos hegemónicos que persisten en desconocer, ningunear y hacer oídos sordos a los justos reclamos populares.
Después de una década de Gobierno kirchnerista permanece invicta la injusta matriz productiva y distributiva de la riqueza con la consecuente desigualdad social. Sólo en el primer semestre de 2012 se han perdido 120.000 puestos de trabajo asalariado, mientras casi el 50 por ciento de los trabajadores sigue en condición de precarios, en negro, tercerizados. Existe un parate de la actividad económica que tiene su correlato en la destrucción de puestos de trabajo formales y su reemplazo por la ocupación ilegal e informal.
Frente a los magros salarios, un tercio de los hogares bajo la línea de pobreza, millones de jóvenes que no trabajan ni estudian, el saqueo de nuestros bienes comunes y la creciente concentración y extranjerización de la economía, el Gobierno se encierra en su propio relato de realismo mágico construyendo una visión binaria, fracturista de la sociedad que malversa la historia.
Un Gobierno que se ha dedicado todo este tiempo a despreciar a los trabajadores y sus organizaciones representativas negando la centralidad de la clase como eje articulador de cualquier proyecto de liberación, en tanto y en cuanto productora de la riqueza de las naciones.
El 8 de junio, 10 de octubre y 20 de noviembre de 2012 paramos y nos movilizamos en todo el país en el marco de nuestra estrategia de unidad de acción para frenar el ajuste. El 19 de diciembre del año pasado y el pasado 14 de marzo marchamos para volver a ocupar las calles y plazas de la Argentina denunciando la postración nacional y proponiendo avanzar -sin sectarismos ni exclusiones- con el conjunto del campo popular en el debate y la puesta en marcha de un proyecto emancipador.
Estamos movilizados y en pie de lucha junto a otros sectores populares en reclamo de una justa distribución de la riqueza, soberanía sobre nuestros bienes naturales, democracia participativa, reforma impositiva para que paguen más los que más tienen, gravamen a las rentas extraordinarias, nueva Ley de Entidades Financieras, no pago de la Deuda Externa ilegítima e ilegal, comercio exterior soberano con control popular, defensa y promoción de la educación y salud públicas.
No consentimos políticas devaluacionistas y propiciamos el debate de otro modelo productivo que interpele a este régimen extractivista, agroexportador, dependiente y concentrador, que favorece el monocultivo sojero. Un esquema de acumulación capitalista deprededador, expoliador, colonial y no sustentable, que conspira contra el bienestar de nuestro pueblo.
Ratificamos los lineamientos históricos de la CTA de no pago de la Deuda Pública sin realizar antes una auditoría que establezca qué porción es legítima y cual no. El Gobierno debe terminar de ceder soberanía como lo hace cuando acepta concurrir a tribunales de justicia extranjera para dirimir litigios con los acreedores de cualquier pelaje y color. No se justifica que nuestro país permanezca como miembro del CIADI que es lo mismo que reflotar a los organismos de la usura internacional como el FMI, cuando Brasil nunca integró esa institución y Venezuela, Ecuador y Bolivia se han retirado para no estar a merced de la voracidad de las corporaciones transnacionales.

Defensa de nuestra Soberanía

La CTA, junto con las labores propias de la unidad de acción y el consiguiente pliego reivindicatorio de los trabajadores aún desoído por el Gobierno, ha puesto sobre el tapete el debate acerca de la necesidad de articular nacionalmente la lucha en defensa de nuestros bienes naturales.
En esa dirección, durante la última reunión del 2012 de la Conducción Nacional de la CTA realizada en la ciudad de Mar del Plata los días 29 y 30 de noviembre, se decidió, entre otros puntos, impulsar una Consulta Popular en defensa de la Soberanía sobre nuestros Bienes Comunes.
Esta iniciativa política implica la convocatoria al más amplio espectro de organizaciones sociales, medioambientales, estudiantiles, sindicales, políticas, territoriales, de pueblos originarios y culturales para afrontar el desafío de plantar un mojón de democracia participativa en un tema tan sensible y caro a nuestro pueblo como es la defensa del agua, la tierra, los hidrocarburos, los bosques, el aire que respiramos envenenado por los procesos de megaminería a cielo abierto, el fracking, los agrotóxicos, la deforestación, la soja transgénica, etcétera.
La propuesta de que se le consulte al pueblo sobre este conjunto de temas que hacen al futuro de nuestra sociedad, demandará durante el 2013 una acción planificada orientada a la difusión, organización y recolección de firmas para concretar una Consulta Popular en Defensa de nuestros Bienes Comunes que hoy son saqueados por las multinacionales con el visto bueno del Gobierno.
Así como en la etapa de defensiva estratégica desde la CTA y junto a otras organizaciones populares supimos construir y llevar adelante la propuesta de shock redistributivo con el Frente Nacional Contra la Pobreza (FRENAPO), en esta etapa de avance popular, es menester avanzar en una iniciativa que ponga en la agenda de debate un tema que es sistemáticamente ignorado tanto por la prensa hegemónica como por la adicta al Gobierno. Y hay que hacerlo antes de perder la Cordillera de Los Andes, entregar el agua que está en el interior de nuestros cerros, destruir toda forma de agricultura familiar y dejar tierra arrasada.
Evo Morales dice en su “Manifiesto de la Isla del Sol” a propósito de la Soberanía sobre los Recursos Naturales que es "la condición para la liberación de la dominación colonial y neoliberal y para el desarrollo integral de los pueblos". El documento indica que "en la mayoría de los países esta riqueza ha sido saqueada y apropiada por manos privadas y potencias transnacionales que se enriquecen a costa de los pueblos".
El proceso de convocar a una Consulta Popular en defensa de la Soberanía sobre nuestros Bienes Comunes en el Bicentenario de la Asamblea del Año XIII, apunta a interpelar este modelo productivo basado en el extractivismo dependiente, y a darle carnadura y dimensión nacional a la convocatoria hacia una Constituyente Social para reeditar una nueva experiencia de poder popular en nuestro país.

Proyecto emancipatorio

La democracia colonial sobrelleva una profunda crisis de representación política. Se expresa con el pueblo en la calle, las plazas y las rutas para hacer oír su voz, mientras los gobernantes, la Justicia y las fuerzas de seguridad actúan como gerentes de las empresas multinacionales que devastan nuestros bienes naturales, violan los derechos de ciudadanía y criminalizan la protesta social.
Las políticas neocoloniales generan el rechazo generalizado del pueblo y encienden la mecha del conflicto. Por ello, el poder activa las señales de alarma frente a la reacción popular y busca por todos los medios perforar cualquier intento de articulación del campo popular. Cuando no lo consigue a través de la cooptación o la fractura, reprime sin eufemismos. Más aún, ha dado licencia para matar. El asesinato de 22 luchadores populares en los últimos tres años así lo testimonia.
Los que mandan son conscientes que, a diferencia de una década atrás, el movimiento popular tiene mucha más organización y representación a nivel territorial a lo largo y ancho de nuestra Nación.
La clase trabajadora no está dispuesta a ceder ninguna conquista obtenida en los últimos años en nombre de la “prudencia” y la “racionalidad” que claman a coro las patronales y el Gobierno, mientras no se altera ni un ápice un sistema injusto y violento que no ha sido capaz de resolver los problemas básicos de la mayoría de la población.
Es tiempo de pensar y construir colectivamente otro paradigma, que en lugar de asentarse en la codicia y la explotación del hombre por el hombre, represente el emergente de un nuevo Proyecto de Emancipación.
Frente a la sordera del Gobierno en atender nuestras justas reivindicaciones, al despojo de las naciones y pueblos originarios, al proceso inflacionario en curso que pulveriza el poder adquisitivo de los ingresos y el ninguneo del poder que se regodea acumulando ganancias fabulosas mientras millones de compatriotas padecen hambre y pobreza, formulamos una amplia convocatoria a participar en la construcción de una Central de masas para la liberación nacional y social, convencidos de que la unidad de acción se construye con todos los que están comprometidos en recobrar la justicia social en nuestra Patria.

Volver a ser felices

Volvemos a encontrarnos en un Congreso Nacional de la Central. Para ser miles y gozar la fiesta del reencuentro. Nos volvemos a juntar para debatir fraternalmente la CTA de masas que queremos y necesitamos. De cara a los compañeros, sin intermediarios.
Entre todos, construyendo colectivamente para que lo extraordinario se convierta en cotidiano. Volvemos a respirar el afecto y la militancia compartida.
Recuperamos la mística que riega la conciencia de unidad de la clase. Volvemos a abrazarnos y reconocernos en el paisaje del país federal que se expresa en todas las tonadas. Estamos retomando el camino en el punto exacto donde lo dejó la historia.
Estamos vacunados contra el “no se puede”. El posibilismo implica administrar lo dado. Nosotros queremos instalar una nueva institucionalidad constituyente que alumbre un proyecto de emancipación nacional. Este Congreso Nacional de la CTA es un hecho histórico. Estamos dando vuelta la página para inaugurar una nueva etapa en la Central. Sabiendo que nuestro mejor futuro está en nuestra mejor memoria.
Decididos a afrontar el desafío de construir una organización de masas que esté en capacidad de aportar a una nueva experiencia de poder popular en la Argentina. Sin aflojarle un tranco de pollo a los grupos de poder. Desenmascarando a los gerentes que administran el status quo para garantizar la perpetuidad del régimen de saqueo y explotación.
Disputando la libertad y democracia sindical en los lugares de trabajo. Canalizando la organización de los trabajadores de la ciudad y el campo, formales, precarios, activos, jubilados, públicos, privados, autogestionados, desocupados, de pueblos originarios, discapacitados. Volver, sin permitirnos que la nostalgia paralice la fuerza liberadora de la energía que nos empuja a protagonizar este nuevo tiempo.
Volvemos a sembrar en el territorio fértil de la esperanza. Si otro país es necesario, otro país es posible El hambre es un crimen. Terminar con esa ignominia es la tarea prioritaria que debe acometer el movimiento popular.

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